La Tristeza
La tristeza es una
emoción profunda y compleja que forman parte de nuestra vida y de nuestro ser
emocional. A pesar de que la tristeza puede ser dolorosa, también tiene el
poder de ayudarnos a conectarnos con nuestras emociones, a buscar ayuda y apoyo
cuando lo necesitamos y a encontrar consuelo en la comunidad y en la cultura.
En este artículo exploraremos el papel de la tristeza en nuestras vidas y cómo
podemos aprender a aceptarla y manejarla para seguir adelante.
¿Qué es el sentimiento de tristeza?
Una
reacción ante una pérdida o situación adversa por la que nos vemos superados.
La tristeza también pueda aparecer tras grandes alegrías cuya dimensión resulta
excesiva para que la persona que la experimenta pueda gestionarla
emocionalmente con eficacia.
¿Qué factores determinan la tristeza?
Es bien
conocido, el hecho de que no todas las personas se ponen tristes ante
una misma situación. Ni todas ellas, reaccionan con la misma intensidad ante
estas situaciones.
Los
moduladores más comunes de esta emoción son:
- Los patrones de personalidad.
- Los esquemas cognitivos.
- El entorno sociocultural.
Entre los
patrones de personalidad, conviene saber que una persona con alto grado
de neuroticismo presenta mayor probabilidad a sentirse triste, ya que
este rasgo normalmente va asociado con una baja autoestima, una gran facilidad
para sentirse culpable y un alto grado de exigencia consigo misma.
¿Para qué sirve la tristeza?
Como se
puede derivar del apartado anterior, las principales funciones de esta emoción
son las siguientes:
- Atenuar el nivel funcional de la persona.
- Centrar la atención en un mismo.
- Instigar la búsqueda de apoyo social y
promover la empatía por parte del entorno.
- Facilitar la introspección y el análisis
constructivo de la situación que ha generado el conflicto.
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